El CEO de MBRF para Uruguay, Marcelo Secco, dijo que el mercado atraviesa una etapa de ajustes esperables tanto en el precio del ganado gordo como en la reposición, con una incidencia cada vez menor de las “ventanas de cuota” en la faena.
“Cada vez inciden menos las ventanas de cuota, porque hemos ido trabajando todos en buscar negocios más estructurales y que el corral sea parte de la actividad durante todo el año”, señaló Secco en una entrevista realizada en el programa La Hora del Campo de Radio Tabaré, de Salto.
A su juicio, el mercado está encontrando un nuevo equilibrio entre la reposición y el gordo, luego de un periodo en que las relaciones de precios se habían distorsionado.
El empresario destacó que, pese al ajuste reciente, la faena de corral mantiene una participación estable y constante.
“Hoy es una variable mucho más estable, con una participación del 12% al 16% de la faena nacional durante el año, dependiendo del volumen de faena a pasto”, explicó, recordando que en el pasado los picos de faena se concentraban en agosto, con incidencias del 20% o más sobre la faena semanal.
Escenario de precios más equilibrado
Secco valoró positivamente que el precio promedio de exportación se mantenga en torno a los 5.000 dólares por tonelada, lo que —según afirmó— constituye la base para proyectar una etapa de mayor previsibilidad.
“El principal desafío de hoy es tratar de sostener un precio de exportación que nos permita ecualizarlo con el precio de la hacienda y poder proyectar un escenario de valores medianamente constantes”, sostuvo.
Indicó que, si no se producen cambios relevantes, el mercado podría mantenerse levemente por debajo de los cinco dólares por kilo carcasa, sin los saltos bruscos que caracterizaron otros periodos. “No digo que no haya picos, porque así funciona el mercado, pero sí podemos pensar en trabajar en ese entorno si nada nuevo ocurre”, puntualizó.
En ese sentido, recordó la volatilidad que experimentó el sector en 2022, cuando el valor del novillo bajó de US$ 5 a US$ 3,40, un fenómeno que hoy, afirmó, no parece probable dadas las condiciones actuales del comercio internacional y la firmeza de la demanda externa.
Rentabilidad industrial
El director de MBRF reconoció que la industria frigorífica atravesó meses de presión en sus márgenes debido a la suba de precios del ganado, pero remarcó que el compromiso comercial con los clientes internacionales obliga a mantener programas de venta estables, incluso en contextos menos favorables.
“Nosotros tenemos todos los días que cumplir programas comerciales que concretamos con los clientes, y la verdad es que no sabemos mucho qué va a pasar en diciembre o enero. Hay negocios que sirven y otros que no tanto, pero igual hay que desarmar los animales y colocar todo de la mejor forma posible”, explicó.
Agregó que el mercado uruguayo libre y competitivo permite que los precios se ajusten naturalmente, sin necesidad de intervenciones. “Era previsible que tanto el valor de reposición como el valor del gordo se habían ido un poco de las pautas normales. Eso nos permite hablar de que tenemos un mercado libre, donde las reglas de juego son claras y hay que adaptarse”, sostuvo.
El desafío principal, dijo, pasa por consolidar un precio medio exportable fuerte y sostenible que sirva de señal para el productor. “Lo importante es poder sostener un valor medio exportable fuerte que nos permita dar una señal de mediano y largo plazo al sector primario, que es el que produce todos los días y tiene una planificación mucho más larga que la nuestra”, remarcó.
El puerto y los costos de transporte
Consultado sobre los recientes problemas logísticos en el Puerto de Montevideo, Secco calificó la situación como “dura y preocupante”, al tiempo que confirmó que el tema será abordado próximamente por la Unión de Exportadores ante el Ministerio de Economía.
“El país queda rehén de una situación de ese tipo. Tenemos programada una reunión con el ministro (Gabriel Oddone) para mostrar las pérdidas que esto ha ocasionado, que son mucho mayores que cualquier beneficio conquistado”, afirmó.
Explicó que las demoras en la operativa portuaria han llevado a cancelar o reprogramar embarques, especialmente de carne enfriada, debido a que los compradores no aceptan demoras de 15 o 20 días. “Hay mercadería que termina siendo trasladada a Buenos Aires o al puerto de Río Grande, o debe esperar otro barco en dos semanas. Y eso implica costos que no siempre se ven, pero que son significativos”, señaló.
El ejecutivo advirtió que algunos armadores ya comenzaron a omitir Montevideo en sus rutas, retirando el puerto de sus itinerarios.
“Muchas navieras están mirando el tránsito y directamente sacan del mapa a Montevideo. Esa mercadería queda sin cargar y genera perjuicios para todos los actores de la cadena exportadora”, afirmó.
A su entender, el país debe trabajar en cambiar la lógica de las negociaciones laborales y portuarias: “No puede ser que primero se trabe la operativa y después se negocie. Hay que mejorar los espacios de negociación colectiva, pero también respetar los acuerdos alcanzados. No se puede poner de rehén al país con un puerto parado”, subrayó.

