Para Javier Soria, director del escritorio Soria Negocios Rurales, todo parte de la base de que este año hay comida, buenas reservas, y un clima y precio de la leche que vienen acompañando al tambero. “Un parto de primavera hoy va del 15 de agosto al 15 de setiembre, más allá de que hay partos posteriores a esa fecha. En los últimos años, en la consideración del productor se ha venido adelantando ese concepto de los partos de primavera para el último tramo del invierno”, señaló en diálogo con La Lechera. 

Respecto a la evolución de los valores, Soria fue optimista: “Los precios se van a mantener en lo que respecta al otoño, no veo motivos para que no sea así. Habrá una demanda interesante y los valores deberían permitir una comercialización fluida”.

Estimó que las vaquillonas se ubicarán en el eje de US$ 1.600-2.000, dependiendo del tipo y origen del ganado, con una preferencia marcada por animales de punta y con registro. “Hay un panorama alentador para los negocios a corto y mediano plazo”, consideró. 

Los plazos que se dan para el pago de esos vientres de reposición, también es un factor determinante para los valores del mercado. “Una cosa es vender contado, y otra a plazos de 1 año o más, como se ofrecen en remates de cabañas o liquidaciones”, precisó. 

 La carne vale y el interés por crecer

El escritorio que dirige ha registrado una actividad interesante en los negocios de animales de raza Holando con embarques a frigoríficos en los últimos meses. “Son valores destacables; si bien el novillo y la vaca pesada marcan la punta, arrastran a todas las demás categorías. Con un mercado chino para la manufactura que está muy pedido, eso para el productor lechero es un apoyo importante”, indicó. Aseguró que hoy el tambero no espera una vaquillona fallada porque la vende a US$ 1.000, lo mismo pasa con las vacas que están en el tambo y no dan la leche que se espera. “Es una caja más que interesante para el productor”, resaltó.

Además, destacó la reactivación de la exportación en pie. “La exportación de terneras Holando está activa, a Turquía hubo un par de negocios, con precios interesantes para las terneras en pie. Eso también ayuda a comprimir las cargas de las explotaciones lecheras, que han perdido área”.

Sobre el ánimo del productor, afirmó que es “bueno”, con el clima, el precio y las reservas como factores determinantes.

“Los valores de los granos ayudan al negocio, al igual que los de la carne y la operativa exportadora de terneras. Sin embargo, preocupa la distorsión en los recibos de leche (por el conflicto en Conaprole con su sindicato), que genera incertidumbre y un perjuicio económico que termina pagando el productor”, advirtió.

Soria destacó el interés de productores de cierta escala por ampliar sus tambos, con pedidos y negocios de arrendamientos, en algunos casos de tambos que ya están funcionando. “Hay un mercado muy activo por unidades productivas de mayor escala. Nadie va a ver un tambo para ordeñar 100 vacas; los interesados apuntan a explotaciones de 250 vacas para arriba. Se trata de tamberos que buscan su segunda o tercera unidad. Lo positivo es que también hay familias que están entrando con nuevas generaciones, pero con la base de uno o dos tambos ya operativos”, precisó.

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