El mercado lanero australiano ha retomado sus actividades esta semana con un alto nivel de colocación de la oferta, tras el receso anual de tres semanas, impulsado principalmente por el sector de vellones merino. Sin embargo, el comportamiento del mercado ha sido dispar al analizarlo en diferentes monedas, con ganancias en dólares australianos (AUD) pero caídas en dólares estadounidenses (USD) debido a las fluctuaciones cambiarias.
Con el regreso a la actividad de Frigocerro y Somicar, la faena de ovinos pegó un salto la semana pasada. INAC informó que ingresaron a planta 15.814 lanares, más de 9 mil por encima de la anterior y la mayor cantidad desde la última semana de febrero, cuando Frigocerro estaba trabajando a pleno en la producción de carne ovina para el mercado de Israel. Fuentes del sector aseguraron que la planta duraznense está nuevamente con actividad para el mercado israelí.
El stock ovino uruguayo atraviesa una de sus etapas más críticas en décadas. De los 28 millones de lanares que había en el país, hoy subsisten apenas cinco millones, una disminución que refleja no solo un cambio productivo, sino también una pérdida de productores y trabajadores vinculados al rubro. Según el productor Alejandro Michelena, se han perdido alrededor de 20.000 productores y 53.000 puestos de trabajo vinculados a la oveja, un animal que históricamente ha generado más mano de obra y mayor radicación en el medio rural.
China importó 26.259 toneladas de carne ovina en julio por US$ 104.082, de acuerdo con información del GACC dada a conocer por OIG+X. El volumen cayó 11,8% en la comparación con julio de 2024, pero el valor aumentó 18,5% debido a un significativo aumento del valor de la tonelada importada.
Las lanas medias a gruesas tradicionalmente producidas en Uruguay presentaron desafíos severos en los últimos años. No se trataba de precios bajos a muy bajos, sino de nulo interés de compra por parte de la demanda, que se concentraba en lanas finas. Eso cambió. Ahora, el interés es por lanas Corriedale o de finuras más gruesas, aunque los precios no se puede decir que sean atractivos.
Frigocerro, una de las tradicionales plantas productoras de carne ovina, está saliendo al mercado a comprar lanares que todavía no están terminados para engordarlos, de manera de asegurarse algo de oferta en momentos en que la disponibilidad de animales a faena es muy reducida.
La Federación Rural del Uruguay expresó su preocupación ante la creciente inseguridad que afecta al medio rural, con especial énfasis en el incremento de los casos de abigeato y los ataques recurrentes de jaurías de perros a las majadas ovinas. En un comunicado emitido este martes 12 de agosto, la gremial sostuvo que esta situación se ha transformado en una “normalidad” que genera un “total desánimo” para el desarrollo de la vida de las personas vinculadas al campo.
Si es escasa la oferta de vacunos, qué decir de la de ovinos. Los frigoríficos que trabajan con la especie se esfuerzan por encontrar lotes disponibles, realmente muy escasos. Hay una planta que decidió salir a comprar animales que no estén terminados para llevarlos a terminar a un campo y asegurarse una base mínima de oferta en las semanas venideras.
El mercado interno para la carne ovina está muy limitado a un consumo de 2,6 kilos per cápita, de acuerdo con el dato del Instituto Nacional de Carnes (INAC) para 2024, comercializándose sus mayores volúmenes en noviembre y diciembre, de cara a las tradicionales fiestas de fin de año. Esto lleva al persistente reclamo del sector productivo de incentivar el consumo a nivel interno.
Según el informe elaborado por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) en base a datos de la Dirección Nacional de Aduanas, las exportaciones totales del rubro ovino uruguayo -considerando lana sucia, lavada, peinada, tops, carne ovina y subproductos- alcanzaron los US$ 131 millones entre enero y julio de 2025. Esta cifra representa un incremento del 6% respecto al mismo período de 2024. La lana en conjunto (sucia, lavada y peinada o en tops) generó US$ 84 millones en el período considerado, con un volumen exportado de 23,7 millones de kilos. El promedio general por kilogramo se ubicó en US$ 3,54, registrando variaciones según el tipo de producto y el micronaje.
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