La cooperativa láctea Fonterra anunció una inversión de US$ 64 millones destinada a la sustitución total de calderas alimentadas con carbón por sistemas impulsados por pellets de madera en su planta procesadora de leche ubicada en Clandeboye, en South Canterbury, Nueva Zelanda.
Según el comunicado oficial, se prevé que la conversión esté plenamente operativa en septiembre de este año, lo que representará un avance significativo en la estrategia de descarbonización de la industria láctea neozelandesa.
El proyecto permitirá reducir en un 9% las emisiones industriales de Fonterra, lo que equivale a eliminar 155.000 toneladas de CO₂ equivalente al año, una cifra comparable al impacto ambiental de sacar más de 64.000 automóviles de circulación en ese mismo período.
La transformación energética implica una reingeniería completa de la infraestructura térmica de la planta. Para ello se procederá al desmantelamiento de los sistemas antiguos de combustión a carbón y la instalación de nuevas unidades especialmente diseñadas para operar con pellets de madera. El plan incluye la implementación de sistemas de transporte de combustible, ampliación de depósitos de almacenamiento, incorporación de ciclones y modernas cámaras de filtrado (baghouses), todo ello orientado a garantizar un procesamiento de leche a gran escala con fuentes de energía renovable.
Este cambio se enmarca en el objetivo corporativo de eliminar por completo el uso de carbón en todos sus centros de procesamiento para el año 2037. La decisión también responde a la creciente restricción en el suministro global de carbón y a la necesidad de fortalecer la sostenibilidad en toda la cadena láctea.