Foto: Rafael Sanguinetti

Los datos de existencias vacunas al 30 de junio son mayoritariamente positivos y muestran la forma en la que la ganadería uruguaya evoluciona hacia el desarrollo y se va pareciendo cada vez más a ganaderías que han sido ejemplos a seguir.

Veinte años atrás, los terneros eran 22% del rodeo y los novillos de más de 3 años el 5%. En junio de 2025 los terneros son 27% del rodeo y los novillos de más de 3 cayeron a 3% del total de vacunos.

En Australia, nuestro “ejemplo a seguir” desde varios puntos de vista, la proporción de terneros respecto del rodeo total es de 31%; sigue arriba de Uruguay —ambos países evolucionan al alza en este indicador— pero la diferencia, de 4 puntos porcentuales, no es tan grande.

Que aumente el peso relativo del rodeo de cría (vacas de cría y terneros) es una muestra clara de un rodeo más eficiente. Lo mismo con el descenso de los novillos de más de 3 años, que deberían seguir cayendo hasta ser una cantidad insignificante.

Para que los terneros sean una proporción elevada del rodeo tiene que haber muchas vacas de cría y una alta tasa de destete. Este último indicador fue récord en 2025, alcanzando al 71,3%. Aunque el eslabón de la cría es al que más le cuesta mejorar sus índices, a su paso lo va haciendo.

Con el crecimiento del rodeo de cría (vacas y terneros), así como en la cantidad de toros, y el descenso de las categorías de recría e invernada (novillos y vaquillonas), se tiende hacia un peso relativo mayor de la cría en el total del rodeo. La aceleración de la recría y de la fase de engorde (con el crecimiento del uso de granos para la terminación) anticipa la salida del sistema de los animales terminados y le permite crecer a la “máquina de producción” de terneros. El rodeo de cría es 64% del rodeo total, una proporción récord.

La cantidad de vacas de cría aumentó en 75 mil cabezas el último año, que son las que estarán pariendo seguramente una elevada cantidad de terneros (nuevamente por encima de los 3 millones si se logra una tasa de destete de 69%), dado que la tasa de preñez es elevada.

A su vez, considerando su buena condición corporal, es esperable que una proporción relativamente alta vuelva a quedar preñada, lo que abre la puerta para que en la primavera de 2026 nuevamente se logre una elevada proporción de terneros, que serán los que se contarán a mediados de 2027. El desafío para el próximo entore es la cantidad de vaquillonas que ingresará al rodeo de cría, dada la escueta generación 2024 y la elevada faena de vaquillonas este año. Por lo tanto, se podría estar dando un descenso en la cantidad de vacas de cría en 2026 que comprometa la posibilidad de que se logren más de 3 millones de terneros, más allá de una tasa de preñez que se prevé será nuevamente alta.

Las cosas vienen evolucionando de muy buena manera en la ganadería y si los precios siguen acompañando —como se espera lo hagan este año y el próximo— lo seguirán haciendo.

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