El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) se encuentra en la etapa final de desarrollo de una nueva variedad de boniato, en este caso de pulpa violeta, el cual promete impactar el mercado y ofrecer nuevos beneficios para la salud de los consumidores. Este nuevo material, con piel morada similar a los boniatos criollos como el tipo Arapey, destaca por su color interno similar al de la remolacha, resultado de la presencia de antocianinas, potentes antioxidantes.
Según el Ing. Agr. Matías González, director del Sistema de Producciones Intensivas del INIA, "es un material que estamos desarrollando y seleccionando". Este proyecto surge de un germoplasma inicial que carecía del "rendimiento ni la calidad adecuados para el consumo, ya que era un boniato muy seco". A través de "cruzamientos con nuestros materiales élite y un proceso de selección", INIA ha logrado avanzar hacia un clon, un prototipo que ya presenta un "rendimiento competitivo y una muy buena calidad y forma".
González se muestra optimista sobre su potencial, imaginando un impacto similar al del boniato zanahoria. "Pensamos lanzarlo en aproximadamente tres años, y creemos que puede generar un impacto importante. Nos imaginamos algo similar a lo que sucedió con el boniato zanahoria en la década del 90, cuando se incorporó al mercado del sur como un producto nuevo en la canasta de los consumidores. Estamos apostando a algo parecido. Es una genética muy interesante y un producto verdaderamente novedoso".
En cuanto a sus características, el nuevo boniato de pulpa violeta mantiene un sabor "muy similar al del boniato criollo; mantiene el típico sabor a boniato". Sin embargo, se ha trabajado para mejorar su consistencia, según explica González, "las primeras selecciones tenían una consistencia muy seca, algo que no gusta en nuestro mercado. Por eso, orientamos el trabajo hacia una consistencia más húmeda". La atractiva coloración violeta-púrpura se mantiene al cocinarlo en puré, lo que lo hace "ideal para ofrecer propuestas culinarias diferentes", aunque al horno tiende a oscurecerse ligeramente indicó.
Este desarrollo se lleva a cabo en las instalaciones del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Salto Grande. El Ing. González, dijo "para nosotros es un producto muy innovador, que puede incorporarse no como sustituto del boniato tradicional, sino como una nueva opción para los consumidores. Ese es, justamente, uno de los grandes aportes que puede hacer el INIA: generar nuevos productos y nuevas alternativas para el mercado".